La Revolución en Marcha
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La Revolución en Marcha comprende el periodo que va desde 1.934 a 1.938, llamado así para establecer el contraste entre el gobierno de Alfonso López Pumarejo y el de la Concentración Nacional presidido por Enrique Olaya Herrera. El liberalismo y las fuerzas populares y sindicales que acompañaron la revolución en marcha se movían en un mundo de extrañas paradojas, el ascenso de las reformas populares y la presencia del fascismo italiano, el falangismo español y el nazismo Alemán, fuerzas incidentes en nuestra vida por la propaganda desatada de los interesados, sus agencias de difusión ideológica y sus agentes en el país.
La Revolución en Marcha tenía como objetivo impulsar la modernización del país para que la economía fuera al ritmo que la región estaba imponiendo. Estos cambios motivaron un ambiente político más activo y público por parte de los colombianos, quienes protagonizaron protestas al estilo de otros países como Perú bajo el influjo de las ideas de Victor Raul Haya de la Torre.
EN MARCHA LA REVOLUCIÓN LIBERAL
Desde antes de la llegada de López al Mando Supremo, Laureano Gómez, Jefe virtual del partido conservador desde los debates contra Olaya, decretó una política de no colaboración, extensiva a las Cámaras Legislativas. Así, el Partido Liberal sin tener con quien pelear, se puso a pelear consigo mismo y a generar divisiones internas con relación a las reformas propuestas, como consecuencia de los diferentes intereses que se movían en el interior del partido, de la economía nacional y de las clases sociales en pugna.
Las masas se hicieron lopistas y la convención liberal de 1.935 se comprometía a “demoler la economía nacional que establecieron los españoles y que la república en sus primeros tiempos ha venido consolidando”.
La Clase terrateniente se fue haciendo enemiga de las reformas de la revolución en marcha porque sus capitales ensamblados con el agro, no podían permitir la influencia de una legislación de tierras que se encaminaba balbuceante hacia la ruptura de las formas atrasadas de producción.
Durante la época se crearon dos nuevos impuestos: el de patrimonio y el de exceso de utilidades. Había fondos para iniciar obras y prestar servicios. Los impuestos alejaron a sectores liberales del Gobierno. Los trabajadores fundaron la Confederación de Trabajadores de Colombia, y a ella se vincularon los intelectuales de izquierda. Por su parte, Laureano Gómez abrió fuegos contra la administración e invitaba a la “acción intrépida”, “el atentado personal” y a “hacer invivible la república”.
APEN, LA OPOSICIÓN A LA REVOLUCION EN MARCHA
Aunque las reformas planteadas por la Revolución en Marcha eran poco raicales en comparación con algunas decisiones tomadas en otros países de America Latina, encontraron fuertes resistencias en el sector conservador, el clero, los industriales y los latifundistas, todos actores sociales afectados directamente por la reforma constitucional.
Así, los conservadores tildaron al gobierno de López Pumarejo de querer implantar un régimen comunista, mientras que la Iglesia desde el púlpito incitaba a los pobladores a la oposición al presidente. En el Congreso, los conservadores en alianza con un sector del liberalismo hacían todo lo posible para frenar las innovaciones de gobierno. Era tanto el miedo que la élite tenía a las reformas de López, que incluso un sector de su propio partido empezó a hacerle opisición, en especial, los empresarios y latifundistas liberales, quienes en 1934 fundaron la Acción Patriótica Económica Nacional, APEN.
La APEN tenía como antecedentes dos organizaciones de propietarios que se enfrentaban al proyecto de la Revolución en Marcha: la Liga Nacional para la Defensa de la Propiedad creada en agosto de 1934, y el Sindicato Central de Propietarios y Empresarios Agrícolas fundado un mes después. La temprana oposicion mostró la división que existía al interior del mismo Partido Liberal y las fuertes resistencias que tuvo que enfrentar el gobierno de López.
Tomado de:
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/diciembre2005/revolucion.htm
SE Ciencias Sociales UNOi 9° Grado, Bimestre 2.
La Revolución en Marcha tenía como objetivo impulsar la modernización del país para que la economía fuera al ritmo que la región estaba imponiendo. Estos cambios motivaron un ambiente político más activo y público por parte de los colombianos, quienes protagonizaron protestas al estilo de otros países como Perú bajo el influjo de las ideas de Victor Raul Haya de la Torre.
EN MARCHA LA REVOLUCIÓN LIBERAL
Desde antes de la llegada de López al Mando Supremo, Laureano Gómez, Jefe virtual del partido conservador desde los debates contra Olaya, decretó una política de no colaboración, extensiva a las Cámaras Legislativas. Así, el Partido Liberal sin tener con quien pelear, se puso a pelear consigo mismo y a generar divisiones internas con relación a las reformas propuestas, como consecuencia de los diferentes intereses que se movían en el interior del partido, de la economía nacional y de las clases sociales en pugna.
Las masas se hicieron lopistas y la convención liberal de 1.935 se comprometía a “demoler la economía nacional que establecieron los españoles y que la república en sus primeros tiempos ha venido consolidando”.
La Clase terrateniente se fue haciendo enemiga de las reformas de la revolución en marcha porque sus capitales ensamblados con el agro, no podían permitir la influencia de una legislación de tierras que se encaminaba balbuceante hacia la ruptura de las formas atrasadas de producción.
Durante la época se crearon dos nuevos impuestos: el de patrimonio y el de exceso de utilidades. Había fondos para iniciar obras y prestar servicios. Los impuestos alejaron a sectores liberales del Gobierno. Los trabajadores fundaron la Confederación de Trabajadores de Colombia, y a ella se vincularon los intelectuales de izquierda. Por su parte, Laureano Gómez abrió fuegos contra la administración e invitaba a la “acción intrépida”, “el atentado personal” y a “hacer invivible la república”.
APEN, LA OPOSICIÓN A LA REVOLUCION EN MARCHA
Aunque las reformas planteadas por la Revolución en Marcha eran poco raicales en comparación con algunas decisiones tomadas en otros países de America Latina, encontraron fuertes resistencias en el sector conservador, el clero, los industriales y los latifundistas, todos actores sociales afectados directamente por la reforma constitucional.
Así, los conservadores tildaron al gobierno de López Pumarejo de querer implantar un régimen comunista, mientras que la Iglesia desde el púlpito incitaba a los pobladores a la oposición al presidente. En el Congreso, los conservadores en alianza con un sector del liberalismo hacían todo lo posible para frenar las innovaciones de gobierno. Era tanto el miedo que la élite tenía a las reformas de López, que incluso un sector de su propio partido empezó a hacerle opisición, en especial, los empresarios y latifundistas liberales, quienes en 1934 fundaron la Acción Patriótica Económica Nacional, APEN.
La APEN tenía como antecedentes dos organizaciones de propietarios que se enfrentaban al proyecto de la Revolución en Marcha: la Liga Nacional para la Defensa de la Propiedad creada en agosto de 1934, y el Sindicato Central de Propietarios y Empresarios Agrícolas fundado un mes después. La temprana oposicion mostró la división que existía al interior del mismo Partido Liberal y las fuertes resistencias que tuvo que enfrentar el gobierno de López.
Tomado de:
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/diciembre2005/revolucion.htm
SE Ciencias Sociales UNOi 9° Grado, Bimestre 2.